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La voz de los muertos
La voz de los muertos
Orson Scott Card
Título original: Speaker for the Dead
Trad. Rafael Marín
Col. Nova CF nº 1
Ediciones B, 1988

La voz de los muertos es el segundo volumen de una de las sagas más importantes de la ciencia-ficción y ha recibido innumerables críticas tanto a favor como en contra. En ella, Card afronta un tour de force de personajes (Novinha y sus hijos) en cuyas complejas relaciones afectivas debe encajar el joven Ender. Y junto a ello y a la raza extraterrestre de los cerdis o "pequeninhos", el virus de la descolada y toda la parafernalia emotiva que rodea a un xenocida como Ender, nos encontramos con esa nueva "religión" de los Portavoces de los Muertos que sirven como sacerdotes a quienes no creen en ningún dios y sin embargo creen en los valores humanos. Y por si ello fuera poco, aparece Jane, la inteligencia artificial nacida del nexo de ansibles que comunican la galaxia. Se trata de una novela singular, que a mi entender debe ser estudiada desde diferentes perspectivas antes de enjuiciarla globalmente; como continuación de El juego de Ender, como obra independiente y como parte de la serie de Ender.

Como heredera directa de El juego de Ender, novela que transcendió el círculo de la ciencia-ficción y obtuvo gran éxito entre el público general, La voz de los muertos resultó fallida. El escenario, los personajes y el tiempo de la acción habían cambiado radicalmente, al igual que el argumento, pero no fueron sustituidos por otros que llegaran de igual forma al lector. Sólo se conservaron los elementos más ajenos al espíritu original del relato (la evolución de Ender como soldado y eventualmente genocida). Así, los que esperaban una continuación no la hallaron más que en el hecho de que Ender, ya adulto, se encuentra afrontando -entre otras cosas- el problema de recuperar la raza de los insectores. En realidad esta novela iba a ser independiente, pero Orson Scott Card vio la forma de aprovechar un argumento que no despegaba del todo para adaptar a Ender a la situación, según comenta él mismo, con lo que mató dos pájaros de un tiro. La contrapartida es que el éxito arrollador del primer libro se disipó y hubo una desilusión generalizada, especialmente entre los lectores menos asiduos de la ciencia-ficción, que abandonaron la serie. Una lástima, porque el cambio no fue, en términos de calidad literaria e interés, a peor.

Viendo La voz... como obra independiente no se pueden negar sus numerosas virtudes. No es de extrañar que cosechara tanto el Hugo como el Nebula, pues reúne el escenario logrado, los personajes realistas y la especulación inteligente que son denominador común de la mejor ciencia-ficción. De forma hábil y convincente, Card aborda la cuestión del entendimiento entre diferentes especies, siendo ya clásica la distinción entre ramen y varelse para diferenciar las que pueden establecer algún tipo de comunicación y las que no, lo que lleva a plantear varias cuestiones morales. En Lusitania, un planeta extraño, donde la religión es un factor muy a tener en cuenta, el trato de los humanos con los "pequeninhos" les lleva a comprenderse mejor a sí mismos, pero todo tiene un precio, especialmente para quien aniquiló una raza entera. Interesante, coherente, bien resuelta, La voz de los muertos es un clásico que se cuenta entre la mejor producción de este autor.

¿Qué significa este segundo volumen para la serie de Ender? Es el intento de hacer una transición difícil. Del escenario relativamente pequeño del primer libro (el centro de entrenamiento, una especie alienígena de la que se sabe poco o nada) se pasa, tres mil años en el futuro, a todo un planeta, varias razas complejas y un universo en conflicto, además de personajes ya conocidos a los que se suman otros muchos. En este punto Card mantiene todavía el control, que perderá definitivamente en los siguientes títulos, al hincharse el globo argumental por encima de sus posibilidades. Pero en La voz... las variables se mantienen bajo control, de forma que podría haberse aprovechado magníficamente para poner el punto final a la serie. Sin embargo, al querer tan obviamente el autor explicar y matizar sus ideas sobre el enfrentamiento entre seres inteligentes -que pueden parecer excesivamente simples en El juego...-, se perfila ya el futuro de la saga de Ender, una cuesta abajo inevitable de calidad.

En resumen, La voz de los muertos es una gran novela de ciencia-ficción. Irremediablemente asociada a su predecesora, causó bastante decepción en algunos círculos, y sin embargo tanto críticos como aficionados al género la premiaron con efusión. Algunos consideran que es mejor que El juego de Ender, y no seré yo quien les lleve la contraria. Por desgracia, su lectura hace presagiar decepcionantes continuaciones y el estancamiento de una obra, la serie de Ender, que podría haber sido definitiva y se quedó en mediocre.

Miguel J. Francés

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