Al
igual que ocurre en otros campos, el idioma es una barrera infranqueable para
el mundo del cómic, que hace muy difícil que se den a conocer obras de
incuestionable importancia debido a la falta de editores preparados para
acceder y valorar obras producidas en diferentes lenguajes. El manga, por el
poder del mercado japonés, consiguió romper esa limitación. Pero otros idiomas
minoritarios esconden tesoros.
Sólo
por una afortunada casualidad tuve acceso a las aventuras del Escuadrón
Escandinavia. Reconozco que lo poco que podía extraer de los afilados diálogos
de Jan Gunnarsson, además del dibujo frío, pero preciosista de Thomas Svensson,
me motivaron lo suficiente para mejorar mis pobres conocimientos de sueco, e
introducido ya en la lengua de Ibsen, consagrarme al disfrute de esta obra
singular.
Aunque
apenas he conseguido leer unos 300 de los más de 700 episodios publicados hasta
ahora del Escuadrón, lo que conozco creo que me permite hacer un balance de
cuál es la evolución del Universo Escandinavo desde sus modestos orígenes en
blanco y negro hasta su deslumbrante actualidad, cuando Lars von Trier comienza
a admitir como más que hipotéticos los proyectos de trasladar sus aventuras al
cine.
El
Escuadrón nació por la idea de un visionario, el editor sueco Bjorn Skrageval.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en la que Suecia había sido el único país que
no se batió el cobre contra los alemanes, la tradicional posición hegemónica de
ese país en el contexto de Escandinavia quedó un tanto maltrecha, pese a haber
ayudado decisivamente tanto a Noruega como a Dinamarca en sus guerras de
liberación (el caso de Finlandia, aliada originalmente de los nazis ante los
ataques soviéticos, resultaba bien distinto).
Skrageval,
empresario y también hombre de sentido espíritu panescandinavo, había comenzado
poco antes a traducir algunos cómics estadounidenses al sueco en su conocida
serie de la Editorial Norrköping, cuyo título podríamos traducir como Aventuras
Bálticas. La apuesta del creativo empresario resultó bastante afortunada y
le permitió acometer la creación de una serie autóctona, en la que sus
inquietudes por una Escandinavia unida se concretaron en el proyecto que luego
desarrollaría ampliamente Gunnarsson.
En
su planteamiento original, el grupo debía estar compuesto de un representante
de cada una de las nacionalidades escandinavas, presentando un aspecto de las
diferentes características de cada una que obviara los tópicos presentados por
los estadounidenses con obras como Thor. Así, nacieron los miembros
originales del grupo, claras plasmaciones de los valores patrios escandinavos:
el finlandés Sauna Humana, la noruega Mujer Fiordo, el islandés Bacalao Dorado,
la danesa Sirenita Atómica y el sueco Smorgasboard Invencible.
Las
palabras de Svensson nos sirven de guía para conocer las primeras dificultades
del grupo, que a comienzos de los cincuenta estaba dibujado en un austero
blanco y negro por Markus Grondholm. "No era fácil combatir a los malvados
con las armas de las que diponían nuestros muchachos. Quizá Sauna Humana,
achicharrando a sus rivales, era el más fácil de poner en juego. La profundidad
insondable de la Mujer Fiordo también nos dio algún juego, y en caso de
dificultades, la Sirenita Atómica siempre podía sacar a pasear algo más
contundente. Sin embargo, los lectores escandinavos, siempre ecológicos, no
aprobaban demasiado ese tipo de acciones."
Las palabras de Gunnarsson
ponen de manifiesto una de las principales dificultades de su trabajo en ese
primer periodo: pese a su panescandinavismo, Skrageval tenía claro que quien
debía salvar las situaciones era en último extremo el sueco del grupo, el
Smorgasboard Invencible, y las cualidades como superhéroe de un hombre capaz de
transformarse en un plato variado de ahumados no acababan de despertar la
imaginación del guionista.
Tampoco
contribuyó mucho a la mejora del producto la entrada, durante un breve periodo,
del famoso director cinematográfico Ingmar Bergman como coguionista. En el más
notable de los episodios escritos por Bergman, la Muerte se aparecía al Bacalao
Dorado y le conducía, a través de los distintos rincones del infierno, hasta un
lugar confuso en el que sus propios recuerdos se mezclaban con los de los otros
miembros del grupo. Claro antecedente de la popular serie Sandman, el
trabajo de Bergman no fue sin embargo muy comprendido por los lectores de
cómics de la época, y a la larga el guionista debió encaminar sus pasos hacia
otra actividad profesional.
Quizá
el gran salto en el interés de los lectores llega con la incorporación del
dibujo a color de Thomas Svensson y la orden a Gunnarsson, recuperada la
confianza de Skrageval, de que creara todo un mundo alrededor de los
personajes, más allá de las aventuras sueltas presentadas hasta entonces. Nace
así la Fortaleza Tropical, los jóvenes compañeros de cada héroe (el Chico Mil
Lagos y Aurora Boreal, la Muchacha sin Noches, resultaron a la larga tan
populares con los despistes del primero y las correrías por el lumpen de Oslo
de la segunda que llegarían a tener sus propias series limitadas), conocemos la
vida privada de los protagonistas (la tarea de la Mujer Fiordo como experta en
la obra de Edvard Munch o el trabajo tranquilo del Smorgasboard en una factoría
de Saab), y, sobre todo, aparece la figura deslumbrante de un supervillano que
haría historia: Ik´Ea, el Genio del Mal Desmontable.
Ya
desde su primera aparición en "Pesadilla mudable", Ik´Ea demostró
tener una personalidad propia que le llevaría a consolidarse como un personaje
tan popular como sus antagonistas. Pronto, a su lado surgiría una corte de
siniestros sicarios que mantendrían una y otra vez duelos de primer orden con
el Escuadrón. Aunque los personajes son incontables, resultaría injusto no
mencionar a Karlanda, el Hombre Sofá; Järpen, Bjärnum, Ljusdal y Lack, los
Soportes del Mal; Effektiv, la Mente Archivo; o Billy, el Librero Loco. Hasta
hoy, Ik´Ea sigue sometiendo a los miembros del Escuadrón a nuevos e
imprevisibles retos en los que su ingenio debe ponerse en juego frente. Es un
clásico adorado por los fans el llamado Reto del Mes, en el que los superhéroes
deben enfrentarse a los malvados planes del villano con sólo unos planos mudos
y una llave Allen de pequeño tamaño (que es necesario guardar de reto en reto
por si es necesario volver a utilizarla en el futuro para reajustar la
situación).
Los
escenarios, naturalmente, han cambiado en todo este tiempo. Lejos quedaron los
bosques y las tundras, para dar paso a imágenes urbanas en escenarios como
Reikjavik, Helsinborg o Tampere, convertidos por la imaginación de Gunnarsson
en enloquecidas urbes directamente entroncadas con el ciberpunk. Y, como viene
siendo costumbre en los últimos años, el plato fuerte de cada número es la
aparición, a modo de cameo, de algún famoso escandinavo. Hoy es objeto de culto
(y pueden pagarse buenas coronas por él) la edición original del episodio en el
que aparece el grupo Abba. Bjorn Borg, Tommi Makkinen, Björk y la princesa
Mette-Marit son algunos de los personajes que han tenido su oportunidad de
probar las delicias del Smorgasboard Invencible, el entrañable calor de Sauna
Humana o la anchura ignota de la Mujer Fiordo.
Con
más de cincuenta años de edad, el Escuadrón Escandinavo sigue en la brecha.
Sólo espero que estas líneas sirvan para que algún editor despierto se decida a
una recopilación de las mejores aventuras de estos simpáticos protagonistas que
nos traen el aroma del Norte.
Archivo de Umbrales
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