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Gabriel
Gabriel
Domingo Santos
Col. Nebulae nº 85
Edhasa, 1962

Hace ya más de cuarenta años que se publicó esta novela firmada por Domingo Santos (Pedro Domingo Mutiño). La colección Nebulae la editó en el año 1962 en su número 85. Después vio una segunda edición en la colección Infinitum Ciencia Ficción de Producciones Editoriales, ya en el año 1975 y con portada de Enrich que recuerda mucho al tebeo 5 x Infinito. Ahora, la faneditorial Espiral, que dirige Juan José Aroz, anuncia: "Domingo Santos (...) nos ha sorprendido gratamente permitiéndonos publicar para celebrar este aniversario (los diez años de Espiral) su nueva novela Gabriel revisitado. No es que haya corregido o dado un retoque a la emblemática Gabriel, simplemente la ha reescrito de nuevo (...) nos contará otra vez la historia que marcó un hito en nuestra cf".

En la HispaCon de Barcelona 2002 tuve el placer de compartir muchos ratos de charla con Domingo Santos, que me contó, a mí y a cualquiera que se animaba a acercarse a nosotros, las muchas anécdotas que le sucedieron editando Nueva Dimensión. Tuvo la amabilidad de enviarme un ejemplar de la novela que no había tenido ocasión de leer, aunque había oído hablar de ella abundantemente. Por estas cosas de la escasez de tiempo no le había puesto el ojo hasta hace unas pocas semanas.

Domingo Santos es el patriarca de la ciencia-ficción española. Su contribución al renacimiento y engrandecimiento de la edición en España es indiscutible. No es éste lugar para mencionar sus múltiples contribuciones en forma de escritura, traducción o edición de libros, novelas y relatos de ciencia-ficción tanto españoles de origen como extranjeros. Después de tantos años sigue en la brecha y es actualmente director de la revista Asimov que edita Robel.

Gabriel es una novela primeriza e indudablemente influenciada por los robots de Asimov que consigue, sin embargo, transformar el robot asimoviano en una suerte de experimento que trasciende el mundo de la robótica. Mientras que Asimov escribe casi novela negra con sus robots, Santos hace de su novela una extrapolación sociológica amén de dotar a su robot, Gabriel, de una serie de virtudes de los que carecen los de Asimov.

La historia hoy en día nos puede sonar muy conocida, pero no lo era en la época en la que se escribió y menos en España. Gabriel es un robot que carece de las leyes limitadoras de la robótica. El experimento Gabriel consiste en crear un robot que vaya mas allá de la ciega obediencia impuesta por los programas maestros, que impiden a sus congéneres realizar ciertas acciones que puedan dañar al ser humano. Gabriel es activado con pleno conocimiento de lo que es. No necesita aprender, ya que se le ha proporcionado una amplia base de conocimientos. Es por tanto un recién nacido con conocimientos y que adquirirá rápidamente experiencia vital. El ser superior que se considera a sí mismo nada mas activado se verá moderado y mediatizado a medida que va conociendo a los seres humanos y compartiendo sus sentimientos. Gabriel se humaniza aunque sigue considerándose distinto. Esta superioridad casi mesiánica va a implicara a Gabriel en la tarea de ayudar a sus "congéneres" humanos intentando evitar la guerra entre la Luna, colonia que trata de independizarse, y la Tierra.

Santos abordó varios temas en esta novela, algunos resueltos con indudable maestría. El problema de la inteligencia artificial es ampliamente desarrollado con interesantes disquisiciones y argumentos. Asimismo, Santos se muestra preocupado por el exceso de maquinismo. Si bien su sociedad está liberada de muchos tediosos trabajos rutinarios, es presa también de las máquinas y ha perdido la capacidad de resolver los problemas sin la ayuda de éstas. El mensaje podría ser que la fe ciega en la tecnología puede acarrear la destrucción de la humanidad. Pero es el tema del nacionalismo el que está tratado de manera bastante interesante para su época, pues Santos concibe éste como exclusivizante. Es verdad que los selenes (los colonos lunares) tienen legítimo derecho a ser ellos mismos, pero este nacionalismo se convierte en odio hacia la metrópoli y en genocidio de los terrícolas que habitan en la Luna.

La novela se muestra en algunos pasajes desfasada y superada por los propios acontecimientos, pero es evidente que esto no era así en el momento de su escritura. Santos, de manera sencilla y con una escritura directa, resuelve los argumentos con una nota elevada. Cabe destacar sobre todo la progresión que realiza el robot al acercarse a la humanidad. Los argumentos empleados se muestran sólidos y están resueltos con oficio. Es una novela que, por su historia y porque realmente resulta muy interesante de leer, no debería caer en el olvido para el aficionado.


Alfonso Merelo

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