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George Lucas: Interviews
George Lucas: Interviews
Sally Kline (selecc.)
Col. Conversations with Filmakers
University Press of Mississipi, 1999





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Al leer este libro casi no parece cierta la aseveración en la que se basa: reacio a conceder entrevistas, George Lucas se mantiene en un hermético segundo plano al que sólo de vez en cuando pueden acceder los periodistas. Bebiendo de fuentes tan dispares como Starlog, Playboy, Rolling Stone o American Film, las dieciocho entrevistas recogidas en este interesante libro ofrecen la que es quizás la mejor visión hasta el momento del hombre que es "la fuerza tras la Fuerza".

Presentadas en orden cronológico, desde el estreno de THK-1138 hasta los preparativos en 1999 del lanzamiento de La amenaza fantasma, las diversas entrevistas y sus autores se acercan a un hombre rara avis en el mundo del cine, que tiene muy claro que va contracorriente y está enfrentado al sistema de Hollywood. De la lectura de este libro se desprende que toda la carrera de Lucas como guionista, director y productor ("cineasta", como a él le gusta considerarse) no es sino una guerra abierta contra un sistema que ha derrotado una y otra vez, como si fuera un Imperio galáctico al que se opone y a los ejecutivos que detentan el poder sin entender de cine. "Por cada hombre y mujer que hay en Los Angeles intentando hacer cine, hay un centenar de vendedores de coches de segunda mano que se dicen productores y están dispuestos a escamotearle su dinero", llega a decir. La filosofía de Lucas es la del cine independiente absoluto, sin las ataduras del sistema de los estudios... aunque para salirse con la suya haya tenido antes que derrotar a esos estudios en su propio terreno.

La amistad con Francis Ford Coppola, su conflictiva relación con su conservador padre, las aspiraciones de controlar su carrera tras la vergüenza sufrida por los intentos de control y censura a American Graffitti (una película que se revela una y otra vez como clave para comprender al Lucas hombre) y su carisma de estudioso del cine y las mitologías nos presentan a un intelectual capaz de documentarse durante dos años antes de la escritura del primer borrador de Star Wars, que confía casi a ciegas en las nuevas tecnologías y confiesa que el gran momento de su vida artística fue cuando pudieron ver el primer dinosaurio en movimiento de Jurassic Park.

Ya desde las entrevistas contemporáneas al estreno de La guerra de las galaxias se vislumbra la insatisfacción de Lucas con el producto ofrecido, cómo la tecnología de entonces no era capaz de estar a la par con la imaginería visual deseada. En todas esas confesiones, estiradas a lo largo de casi treinta años, Lucas se mantiene firme en sus convicciones y sus aspiraciones, y si bien es cierto que se echa en falta (quizás porque el libro trata de aprovechar el tirón del estreno del Episodio I) alguna reflexión más en profundidad sobre otras obras como la trilogía de Indiana Jones o Willow, Lucas refleja su carisma de hombre tranquilo y sosegado, tímido y obstinado al mismo tiempo. Lejos del joven alocado que un día fue, tal como reflejó en las carreras de coches de American Graffitti; el seguidor de su obra, tras leer este libro, podrá comprender por qué sobrevive Sebulba en la carrera de vainas. Y es que aunque Lucas salvó la vida porque el cinturón de seguridad de su coche se rompió por la base antes de empotrarse contra un árbol, está claro que ese mal trago no se lo desea ni siquiera a los villanos más perversos de la galaxia.

Rafael Marín

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