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Horizontes lejanos
Horizontes lejanos
Robert Silverberg (selecc.)
Título original: Far Horizons
Trad. Domingo Santos
Col. Solaris Ficción nº 6
La Factoria de Ideas, 2000

Horizontes lejanos, antología recopilada por Robert Silverberg, recoge relatos y novelas cortas originales escritas por muchos de los más conocidos escritores del género y ambientadas en sus universos más famosos.

Es difícil reseñar objetivamente un libro como éste. Por una parte, hay que descartar la indignación que un producto de mercadotecnia, y éste indudablemente lo es, despierta en todo lector. Por otra, sería fácil pasar por alto defectos y errores debido a la pertenencia de los cuentos a tal o cual de nuestras series favoritas. Intentando descartar estos factores y ateniéndonos solamente a valores literarios, se puede afirmar que estamos ante una antología mediocre y totalmente innecesaria, en la que la mayoría de los cuentos no se sostienen por sí mismos. Tan sólo algunos relatos, el de Le Guin y el de Simmons principalmente, sobresalen sobre el bajo nivel general y merecían su publicación. Los cuentos que componen la antología son:

"Vieja Música y las mujeres esclavas", de Ursula K. Le Guin (serie del Ecumen). La misma aproximación, en menor medida y con menor alcance, que intentó Le Guin al conflicto entre sexos en La mano izquierda de la oscuridad es la que utiliza para el conflicto entre razas en este relato. Un relato tranquilo y bien trabajado, que se sustenta sobre todo en la interacción entre los personajes, y que consigue un excelente equilibrio entre su argumento y las referencias a la serie del Ecumen, con lo que consigue una obra independiente. Relato correcto y agradable de leer, de lo mejor del volumen.

"Una guerra separada", de Joe Haldeman (serie de la Guerra Interminable). Joe Haldeman, con absoluta falta de convicción, nos cuenta las aventuras perdidas de MaryGay hasta que al final de la Guerra Interminable se reencuentra con Mandella. Y resulta que son exactamente las mismas, retocadas ligeramente para que no se note demasiado, que vivió Mandella. En fin, para qué inventar nada original, ¿no? Intrascendente y redundante.

"Consejera de inversiones", de Orson Scott Card (serie de Ender). En este relato nos enteramos de cómo Ender, al principio de sus viajes como Portavos de los Muertos, encuentra a Jane, la inteligencia artificial que jugará un importante papel en sus aventuras. Una aventurilla de Ender, de final apresurado y desarrollo algo torpe. Pasable.

"Tentación", de David Brin (serie de la Elevación de los Pupilos). Brin nos cuenta las aventuras del grupo de delfines que se quedó en el planeta Jijo cuando el Streaker se fue. Relato con final moralista, no se sostiene sin la lectura previa de la serie, y aun teniendo toda la información es un relato mediocre.

"Conocer al dragón", de Robert Silverberg (serie de Roma Eterna). Relato corto situado en un escenario atrayente, una ucronía donde el Imperio Romano nunca ha caido y que en el siglo XXI aún es una de las grandes potencias del mundo. Es una viñeta con personajes de cartón piedra, en el cual el mundo descrito siempre tiene preponderancia sobre la narrado. Discreto.

"Huérfanos de la hélice", de Dan Simmons (serie de Hiperión). Entretenido y bien planteado, tiene un desarrollo propio, alejado de la serie en la que se inscribe. Esboza hábilmente personajes y situaciones, a la vez que el dilema ético sobre el cual gira toda la trama. El mejor relato de la antología.

"Perros durmientes", de Nancy Kress (serie de los Insomnes). Otra viñeta situado en el universo de los insomnes, que hay que conocer para apreciar algunas de las claves del relato. Simplemente aburrido.

"El muchacho que viviría para siempre", Frederik Pohl (serie de los Heeche). Pohl se limita aquí a reunir situaciones y personajes ya explotados en Pórtico para construir un relato soso y totalmente innecesario, plagado de acontecimientos que ocurren fuera de cámara (puesto que realmente se narran en los distintos libros de la serie). Pobre, aburrido y superfluo.

"Hambre de infinito", de Gregory Benford (serie del Centro Galáctico). De nuevo nos cuenta Benford, o al menos lo intenta, qué es ser humano según el, y las diferencias que hay, o que habrá, mejor dicho, entre la vida humana y la vida artificial. No merece la pena leerlo.

"La nave que regresó", de Anne McCaffrey (serie de la Nave que Cantó). Relato con final sorpresa de esos que todo el mundo espera, McCaffrey se limita a recontar el primer libro de la serie. Mediocre.

"La vía de todos los fantasmas", de Greg Bear (serie de la Vía). Absurdo y sin sentido, además presupone el perfecto conocimiento del universo de la Vía. Se limita a dejar caer imágenes impactantes, rellenando páginas y páginas con los delirios del autor. El peor relato, si se le puede dar esa categoría.

En resumen, una antología perfectamente obviable, llena de cuentos mediocres, cuyos defectos aún resaltan más por la estatura y el talento que tienen la mayoría de sus autores.

Rafael Muñoz Vega

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