Hay historias que te despiertan la nostalgia, nostalgia por épocas que no has vivido, por libros de autores que no han existido y nunca leiste, por primeros y últimos amores que son más hermosos aún de lo que uno cree recordar. Historia de un beso es eso... y mucho más.

Dos amores que nacen a la vez: el de un niño de 12 años que tiene todo un mundo por descubrir, y el último de un escritor envejecido que redescubre todo un mundo por vivir. Pero el amor nunca es eterno, nace y muere cuando uno menos lo espera.

Historia de un beso es la historia de un mismo sentimiento en diferentes tiempos: tres historias de amor, una muerte y una despedida que tienen como protagonistas a los mismos personajes y ese primer beso a esa persona especial.

A finales de los años 40, en un paisaje nevado y gris, Julio (Carlos Hipólito) llega a tiempo al funeral de su tío, el escritor Blas Otamendi (Alfredo Landa) desde París. Los colores tristes, los recuerdos del pasado, las fotos marchitas configuran un paisaje que no necesita palabras para describir lo que fue la dictadura durante aquellos años. Desde ese paisaje, Julio recuerda una época más dorada y colorida, donde la lluvia sólo caía en los momentos más tristes y solitarios. Recuerda los años 20, y la historia de amor que su tío y él mismo experimentaron, una historia tan hermosa que el propio Julio reflexiona sobre los engaños de la memoria al rememorar el pasado.

El guión es tan genial, que en algunos momentos el diálogo no necesita de imágenes. La película es tan genial, que en algunos momentos la imagen no necesita de diálogos. Y así, con bellas frases que nos hacen reflexionar sin intentar convencernos, con personajes y actores que dan lo mejor de sí mismos, y con auténticos cuadros filmados con personas y paisajes, Garci nos cuenta que el amor no tiene época, ni edad, ni razón ni sinrazón. Dictaduras y personajes vendrán y se irán, pero siempre habrá una historia de amor, una historia de un beso por contar.

A lo mejor un crítico de verdad te dice que esta película tiene mucho que ver con You're The One, que es su continuación, que es mejor o peor. Yo no soy un crítico de verdad, pero he disfrutado como pocas veces con esta película, con un Alfredo Landa que demuestra ser un actorazo, y con una historia que es tanto mía como tuya: la historia de los besos que damos, de los que olvidamos, de los que robamos, y de los que hicieron historia.

José Joaquín Rodríguez