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Juan Manuel SantiagoCruda fandomía
Mentidero 5
Juan Manuel Santiago




Campo de batalla: el fandom (III)
Los fanzines, mi des(a)tino (III)
Núcleo Ubik:
la gran ilusión (y II)

En episodios anteriores de Mentidero 5 veíamos cómo un cuarteto de intrépidos aficionados madrileños acometían la titánica tarea de editar la Madre de Todos los Fanzines, el fanzine definitivo, el heredero definitivo de Zikkurath y la Revista de Occidente. Sin llegar a tanto, Núcleo Ubik arrancó en octubre de 1994, coincidiendo con la HispaCon de Burjassot y, por lo general, recibió buenas críticas y dos candidaturas (una, en realidad, después de ser descalificado en la categoría de Mejor Relato Extranjero) a los premios Ignotus de la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción (AEFCF). En teoría, el número 2 debería estar listo para febrero de 1995, pues la periodicidad pretendida del fanzine era cuatrimestral, pero el típico cúmulo de imprevistos habituales en estos casos nos condujo a plantearnos la posibilidad de editar un número doble, 2/3. Y cuando digo número doble, digo un número doble, con todas sus consecuencias: doble extensión, doble trabajo.

Núcleo Ubik nº 2/3

Por aquel entonces, el "núcleo" del fanzine se había ensanchado, con la incorporación de Francisco Canales. Al mismo tiempo, la Tertulia de Madrid, que todavía no se llamaba TerMa, emprendió un proceso de crecimiento en número de contertulios gracias a dos eventos casi coincidentes en el tiempo. El primero, la cena de entrega del premio Pablo Rido de 1995, en el que León Arsenal se hizo con la preciada estatuilla y el galardón (costeado, no lo olvidemos, con las vueltas de las cenas de los jueves en el mítico restaurante chino Kindu). El segundo, la presentación (a cargo de Miquel Barceló) de la antología El círculo de Jericó de César Mallorquí (Nova CF nº73). En estos dos acontecimientos se incorpora a la tertulia bastante gente valiosa, como los hoy conocidos Daniel Mares y Eduardo Vaquerizo, quienes entran en el fandom con auténticas ganas de divertirse y, ay, trabajar en pro de la cf española. A Dani le rapiñamos su relato "Enseñando a un marciano" (flamante finalista del Pablo Rido) y a Edu, su "R.V.", que no llegó a finalista pero había gustado lo suficiente a uno de los jurados, Héctor Ramos, como para proponérselo al resto de colegas de Núcleo Ubik. Vistos en perspectiva, tal vez aquellos cuentos se queden en simples destellos de lo que han llegado a escribir sus autores, pero tienen el valor de resultar dos "primeros vuelos" mucho más que dignos.

Pero había más contenidos interesantes. Adolfina García colocaba el que hasta ahora es su último relato publicado, "Gandamo", y Javier Ullán (único autor que hizo doblete en NU) nos ofrecía "La última bestia", un curioso poema modernista de temática space opera, que en cierto modo resarcía a los lectores por el hecho de haber declarado desiertos los Juegos Florales que habíamos convocado en el número anterior. No se puede decir que la participación fuese multitudinaria y, de lo poco decente que llegó, por un triste problema de descoordinación, no todos pudimos leer el soneto de José Luis Rendueles, quien sin duda se hubiera hecho acreedor del cocido madrileño y la flor natural con que estaba dotado el premio. El propio José Luis Rendueles ironizaba en sus editoriales de Parsifal acerca de ciertos acontecimientos, sin duda muy jugosos pero definitivamente más propios de la crónica rosa del fandom que de este pudoroso Mentidero 5, en los que algún capitoste ubicuo se vio envuelto, desde luego no de buen grado, en la HispaCon de Burjassot. Y precisamente el incansable Rodolfo Martínez, uno de los principales artífices del buen fanzine astur que fue Parsifal, nos cedió su novela corta "Un agujero por el que se cuela la lluvia", que ya había aparecido en el número 5 del electrónico Kernel BEM y ahora queríamos publicar por primera vez en formato papel. Se trataba de una novela realmente complicada, tanto por su estructura como por su tipografía, y huelga decir que más de la mitad del tiempo que dedicamos a la maquetación del NU 2/3 se nos fue en el trabajo de Rudy.

Con todo, los mejores contenidos de aquel número fueron dos relatos españoles, otro irlandés y un artículo argentino. Joaquín Revuelta, que había ganado el premio Domingo Santos en la edición de 1992 con "Sangre, lágrimas y Alicia", nos envió cuatro relatos, de los cuales publicamos el terriblemente duro y contundente "Un racimo de infiernos", y aún nos guardamos otro, "Más tequila", para el número 4. Carlos F. Castrosín nos cedió el que todavía hoy sigo considerando su mejor cuento, "Los viejos días de la contracultura" (recientemente reeditado en la antología De Profundis, Artifex Serie Minor, nº8/9). Elia Barceló nos tradujo "Gardenias", otro estremecedor y oscuro relato de Ian McDonald y, por fin, rescatamos de allende los mares el extraordinario ensayo de Pablo Capanna "La nariz de Cleopatra y el teniente Bonaparte", que analizaba con singular acierto las ucronías fantásticas.

Un número redondo, en suma, que con sus 284 páginas se convertía en el fanzine más voluminoso jamás editado en España; que no en español, pues el récord lo sigue ostentando el número 16/17 del argentino Cuasar: ¡292 páginas! Sin duda mereció la pena el enorme trabajo de maquetación llevado a cabo por Eduardo Vaquerizo y Paco Canales (conmigo mirando, todo hay que decirlo), que nos llevó prácticamente todo el verano y en el cual tuvimos incluso que padecer un desbordamiento del río Manzanares.

¿Problemas? Sí, la fotocopiadora nos hizo un trabajo tan chapucero con el pegado del lomo que raro es el ejemplar cuyas hojas no se han desprendido totalmente. Al fin y al cabo, bromeamos todavía cuando nos preguntan, ¿no apareció en otoño, la estación de la caída de la hoja?

Juanma Barranquero todavía se planteaba si dar por perdida su batalla contra la prácticamente imposible traducción de "Cincuenta maneras de mejorar su orgasmo" de Pat Cadigan.

Si la calidad de los contenidos de no ficción y ensayo puro era indiscutible, las secciones fijas y el editorial, por el contrario, sí resultaron controvertidos. Pero para ello tal vez debamos hablar del ambiente enrarecido que vivía el fandom en aquella época.

A nadie se oculta que en el fandom existen (o han existido hasta hace poco) dos bandos enfrentados, resulta inútil negar la evidencia. La fractura del fandom se acentúa con los sucesivos cambios de Junta en la AEFCF, hasta llegar al bienio 1996-98, en que directamente se llega a utilizar el boletín Pórtico como plataforma para solventar, a costa del dinero de los socios, querellas y broncas particulares. Detrás de estas actitudes se halla el endurecimiento de la dialéctica empleada en las guerritas fandomíticas. Hubo algunos momentos, y estoy hablando del período 1996-1998, en el que el fandom estuvo a puntito de saltar en pedazos.

Núcleo Ubik se vio envuelto en uno de estos episodios, con una en principio inocente broma que fue haciendo bola de nieve y llevó a uno de los momentos más tristes del fandom, que hasta el momento no se ha vuelto a repetir (y, de hecho, dudo mucho que vuelva a repetirse): la indisimulada alegría de un aficionado ante el presunto cierre de una publicación. El caso es que a partir de 1994 entra a colaborar en BEM Xavier Riesco Riquelme, el cual publica asiduamente críticas en las páginas de ese fanzine. Medio en serio, medio en broma, comienza a circular la especie de que Riesco es un seudónimo de Pedro Jorge (uno de los coeditores del fanzine), o bien alguien tras el cual se parapeta éste para emitir ciertas opiniones en determinadas ocasiones. Todavía estaba muy reciente la polémica suscitada en las páginas de Parsifal nº 4 acerca de una carta, firmada por un tal Alonso Ballesteros (que, a la postre, resultó ser un seudónimo de Rodolfo Martínez y José Luis Rendueles), y la psicosis del autor-conocido-usando-seudónimos-para-decir-obviedades-inocuas estaba a la orden del día. En el editorial comentábamos que:

"Desde la aparición del primer NU, los integrantes de su equipo directivo hemos sufrido varios problemas con el continuo espacio temporal que nos han llevado a padecer experiencias que podríamos denominar semidickianas. Sobre todo, hemos recibido publicaciones que proceden, seguramente, de realidades alternativas y que, por lo tanto, nos se corresponden con el día a día de la ciencia ficción española. (...)

BEM. En su número de febrero-marzo se incluye un anuncio de Tránsito en el que se destaca que es la única revista que existe desde los tiempos de Nueva Dimensión. Sin duda, esto demuestra que ese BEM ha sido publicado en otra realidad en la que Tránsito ha dado a la luz más de dos números en los últimos seis años o en la que no existieron jamás Blade Runner y Gigamesh... ahora que lo pensamos, ¿no dicen ellos que BEM es una revista?

El Pedro Jorge Riquelme de este continuo, pese a su conocida tendencia a la improcedencia, no sería capaz de dislate semejante, o de chorradas como utilizar un seudónimo evidente para encubrir su inconfundible prosa y evitar que parezca que todo el fanzine lo hace él solo porque ya nadie les hace caso. O a lo mejor es para poder mantener así esa dualidad que le permite decir una cosa en público y otra en privado sobre las novelas de los autores que quiere que colaboren en su fanzine.

En cualquier caso, todo ello nos produce sinceras esperanzas de que exista algún lugar en el que NU pueda considerarse a sí mismo como el único fanzine desde Zikkurath, lo que es nuestra auténtica vocación" (p. 4),

y en mi sección Revista de publicaciones, en la que escribía lo siguiente, a propósito de una polémica suscitada entre Pedro Jorge ("La ciencia ficción y los camellos del Alcorán", Pórtico nº7, agosto-septiembre 1994, y "El universo en las columnas de una mezquita de El Cairo", Pórtico nº10, febrero-marzo 1995) y César Mallorquí ("El universo en la vieja casa de la calle Garay", Pórtico nº 9, diciembre 1994-enero 1995):

"Mirad si no la polémica que ha levantado Pedro Jorge a cuento de lo que todos sabemos gracias a él: que César Mallorquí es un escritor mediocre y sobrevalorado por los aficionados madrileños (en realidad, apenas mide metro y medio; lo que pasa es que "los de Madrid" hablamos tanto y tan bien de él que el chico se ha crecido; por eso os parece tan grandote en las HispaCones), siempre dispuestos a proclamar que es el autor más interesante de la actualidad por el insignificante hecho de que ha ganado un Aznar, un Domingo Santos, una réplica condescendiente y poco inspirada en el Pórtico nº10 y un par de buenas palabras de Pedro Jorge, un Alberto Magno, ha sido finalista en un Aznar, otro Alberto Magno y -por dos veces- en el UPC, tiene en su haber seis candidaturas al Ignotus -cuatro por relatos y dos por artículos- y, pequeño detalle sin importancia, ha publicado una antología en la casticísima y folklórica Ediciones B: El círculo de Jericó. ¿Qué ha sucedido? Lo predecible: que César le ha tomado la palabra a Pedro cuando éste apuntaba que aquél "probablemente dirá cosas muy importantes en el futuro" y las dice, en un artículo sin desperdicio en el que, además, demuestra que se sabe defender él solito, sin necesidad de recurrir a los amigotes de Madrid que tanto han hinchado sus méritos. Lo que yo no entiendo, Pedro, es por qué permites que BEM y Tránsito publiquen cosas de César, si según tú está sobrevalorado. En fin, que me encantará leer la crítica del libro de César en BEM, siempre que la escriban Pedro Jorge o Xavier Riesco" (p. 159).

La escalada continúa: en un editorial de BEM (nº 50, abril-mayo 1996) se ironiza abiertamente acerca de cuán poco útiles resultan los fanzines megatochos de quinientas páginas, y Pedro Jorge contraataca con un artículo, "La ciencia ficción española y nosotros que la quisimos tanto" (Parsifal nº9, primavera 1997), en el que desarrolla una serie de hipótesis tomadas directamente y sin ningún rubor de una intervención de Eduardo Gallego y Guillem Sánchez en Pórtico nº 17 que no tenía absolutamente nada que ver con el asunto y que merecerá la atención de un próximo Mentidero 5 ("La primera [explicación] es la denominada "hipótesis 2.b.2.b." o más vulgarmente "Celos (y sus variantes)". La rechazo simplemente porque me parece increíble que alguien sienta celos de otra persona dentro de la ciencia ficción española, exceptuando quizás el caso de Miquel Barceló" (...) La segunda es la "hipótesis 2.b.2.b.1." o "Inmadurez" que me parece más acertada", pp. 49-50) y a continuación extrae sus conclusiones, encasillando a Núcleo Ubik dentro de la dinámica de un

"movimiento revolucionario puro, el de vamos a derribar todas las instituciones para construir unas mejores encima (...) se ha dado desde tiempos inmemoriales en la ciencia ficción española aunque recientemente, desde Núcleo Ubik, ha adoptado estrategias más cercanas a "la tierra quemada" y al "no hagamos prisioneros". Se aspira aquí a acabar con todo para construir sobre las ruinas nuevas estructuras que renueven el género. Por desgracia, esos métodos suelen provocar muchos sufrimientos y dar lugar a regímenes autoritarios y poco duraderos" (p. 50).

Por si no fuera suficiente con achacar a un fanzine poco menos que intenciones totalitarias (!), a continuación un pequeño comentario dejado caer como quien no quiere la cosa, y que tal vez pasara más desapercibido de lo que hubiera sido deseable:

"Al menos, Núcleo Ubik está cómodamente muerta... por el momento" (p. 49),

convierte a Pedro Jorge en la única persona que hasta la fecha ha manifestado su alegría (o, al menos, alivio) por la desaparición de un fanzine de ciencia-ficción en España.

En efecto, Núcleo Ubik vuelve a sufrir retrasos en la recepción de materiales de no ficción. El número 4 llevaba varios meses maquetado (con la ya mencionada salvedad de las secciones fijas y artículos) en el momento de aparición del artículo de Pedro Jorge. Los compromisos adquiridos por los integrantes del equipo (Julián pasa a dirigir Gigamesh, tarea que le quita casi todo su tiempo disponible para el fandom; Héctor contrae matrimonio; Eugenio está preparando su boda; Paco Canales se casa con un precioso crédito vivienda y este servidor con unas horrorosas oposiciones...) hacen cada vez más inviable el proyecto y así, un día de finales de 1997, en el transcurso de una conversación telefónica entre Julián y yo, nos planteamos qué hacer con Núcleo Ubik y llegamos a la conclusión de que lo mejor es cerrarlo. Un número que llevaba maquetado (insisto, con la salvedad de los contenidos de no ficción) desde vísperas de la HispaCon de Burjassot ´96 y cuyos contenidos eran los siguientes: "Círculo de hombres" de León Arsenal (posteriormente editado en Gigamesh nº 8); "Más tequila" de Joaquín Revuelta (aparecido en Artifex vol.19), "Un candado para la caja de Pandora" de Daniel Mares (De Profundis y Ad Astra nº 16/17), "Oscuro como un cristal" de Elia Barceló (Artifex vol.20/21 y Fabricantes de Sueños 1999), "Tu pelo" de Carlos F. Castrosín (Ad Astra nº 6), "Dictamen de la Comisión Especial para la Calidad de Vida" de Harry Turtledove (Gigamesh nº 12); "Nada personal" de Armando Boix (inédito); "Vectores de integridad" de Manuel Díez Román (A Quien Corresponda nº 88); "Micaela y la bomba de neutrones" de Franco Ricciardello (inédito)... y la promesa de que algún día llegarían las traducciones de "Cincuenta maneras de mejorar su orgasmo" de Pat Cadigan y "Erotofobia" de Harlan Ellison.

La manera más elegante que se nos ocurrió de cerrar Núcleo Ubik fue haciendo algo que nadie más había hecho antes y que por suerte sí está empezando a hacerse ahora: devolver el importe de las suscripciones. Como aun así nos sobró dinero (habíamos recuperado la inversión del número 2/3), montamos a primeros de 1998 un fiestorro en casa de León Arsenal hasta agotar el presupuesto. Y así fue como todo finalizó.

Núcleo Ubik tal vez no fue el mejor fanzine de la historia de la cf española, y desde luego su aperiodicidad le restó mucho tirón popular, pero fue un intento meritorio de ofrecer productos de elevada calidad sin caer en el elitismo y en cierto modo supongo que es el ilustre antecedente de la actual hornada de publicaciones (Artifex Segunda Época, Framauro) en las que priman los contenidos interesantes sobre las ilustraciones bonitas, la maquetación sencilla sobre las florituras, los relatos sobre el resto de los contenidos; en ese sentido, creo que su papel resultó claramente crucial, y sin duda constructivo, para configurar el fandom actual. También fue uno de los raros ejemplos de publicaciones en las que los editores NO se autopublicaban relatos: siempre consideramos que teníamos otros lugares en los que publicar nuestros cuentos, y es una norma que nunca dejamos de observar. Asimismo, seguimos conservando el raro honor de ser la única publicación que ha recibido críticas negativas desde un año antes de la aparición del primer número y cuya desaparición (o, por aquel entonces, presumible desaparición) fue saludada en público como algo, si no deseable, al menos no especialmente lamentable. En suma, siempre quisimos ser un fanzine a contracorriente y, si bien no de la manera que hubiésemos deseado, acabamos consiguiéndolo. Por mi parte, el mero hecho de haber publicado por primera vez en España "La costa asiática" de Disch, "Gardenias" de McDonald, "Los viejos días de la contracultura" de Castrosín o "Un racimo de infiernos" de Revuelta justifica plenamente la aventura.


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