[ portada ] [ reseñas ] [ opinión ] [ artículos ] [ editorial ] [ nosotros ]
Juan Manuel MartínezMúsica para el fantástico
Hangar 18
Juan Manuel Martínez

 


La guerra de los mundos

Una de las obras más inspiradoras de la literatura ha sido, sin duda, la novela de H.G. Wells, La guerra de los mundos. Versiones cinematográficas en 1953 (Haskyn-Pal) y en 2005 (Spielberg) del ataque marciano; la adaptación radiofónica del otro Wells, Orson, todo un hito en la historia del medio; secuelas literarias de toda índole y, cómo no, una legión de adaptaciones musicales de entre las que destaca la del compositor Jeff Wayne.

En el año 1978 veía la luz la primera versión del "musical dialogado" basado en la novela de Wells. Jeff Wayne compone su obra cumbre dentro de todo un panorama musical dedicado a la experimentación: el rock sinfónico, la psicodelia, el incipiente hard rock... todo un mundo de sensaciones sonoras y rodajas de libertad expresiva inundaban los estantes de las tiendas de discos (Pink Floyd, Alan Parson, Yes, Thin Lizzy, Deep Purple, The Moody Blues, etcétera). Todo lo conjugó Wayne en una particular mezcla de rock, pop y la base de los musicales más clásicos. Aquella mixtura caló en la conciencia musical occidental y, aun hoy en día, es fácilmente reconocible como parte de nuestra personal banda sonora.

Jeff Wayne se desquitó a lo grande con el proyecto y ofreció colaboraciones como las de Richard Burton en la narración o la brillante contribución del inmortal (y hace ya tiempo fallecido) Phyl Linott, voz y bajo de los míticos Thin Lizzy, en el papel del reverendo Nathaniel en la preciosa "Spirit of Man"; Justin Hayward (The Moody Blues) en el momento estelar de "The Eve of War"; la cantante Julie Covington, más conocida por su papel en Evita; o el mismo David Essex. A día de hoy el montaje multimedia del musical es algo espectacular, pleno de pirotecnia y barroquismo tanto sonoro como visual.

Tal fue el éxito de la susodicha aventura sónica que en España, incluso, se han hecho un par de versiones en el idioma patrio, respetando sólo las partes cantadas en la lengua de la pérfida Albión, con gente de la talla de Anthony Quinn (versión inencontrable hoy en día, por lo visto) o la más conocida de Teófilo Martínez, Marisa Marco o Daniel Dicenta. Pero no sólo aquí cuecen habas, sino que hay versión alemana y holandesa, para más señas.

Sin embargo, para completar el artículo de hoy, he rescatado de los rincones más oscuros de este hangar un par de las múltiples versiones de la obra de Wayne que destacan por su inescrutable existencia, a saber:

En primer lugar, la obra más bien reciente de un quinteto de féminas apodadas Wild, tres británicas y un par serbias, que mezclan los violines con el beat y la música disco menos glamurosa y que debutaban en 2005 con su único cd hasta la fecha, Time (y que siga así por mucho tiempo). Eso sí, vienen amparadas por la versión de "The Eve of War" que el bueno de Jeff les cede con sumo gusto (malandrín). La pieza sonora no pasa de ser una mera anécdota, aunque es curioso cómo sin apenas salirse del guión original de Wayne, consiguen hacerme odiar el tema que me impulsó, como a tanta gente, a explorar el resto de esa guerra de mundos.

Wild

En segundo lugar, una de las mayores rarezas que ha dado la obra de Wayne: la versión castellanizada de un grupo zaragozano llamado Reo que en 1988 editaban, tras ganar un concurso musical de los que tanto se estilaban por aquel entonces, un EP con cuatro canciones que se movían dentro de los parámetros de un rock algo edulcorado y accesible. Juan Caballero, vocalista y en la actualidad cantautor de los de guitarra y banqueta, adaptaba el tema principal de Wayne dándole un aire más roquero sin salirse, eso sí, de las guías de la obra original. Incluso, consiguieron un fugaz éxito entrando en las listas de Los 40 Principales y a Juan Caballero los responsables de Warner le firmaron un contrato como adaptador oficial del tema. La verdad es que los maños se quedaron en nada y a estas alturas de siglo no hay Indiana Jones que encuentre el dichoso EP (menos mal que el vinilo lo tengo bajo llave y no le dejo salir los fines de semana de cachondeo porque es capaz de no volver). Se trata, sin embargo, de una adaptación emotiva y lograda que me cuesta olvidar en las noches en que hay lluvia de estrellas y se me pone la piel de gallina pensando en trípodes (y no me seas mal pensado, que te veo venir y es un chiste demasiado fácil) e invasiones alienígenas. Vale, también pienso en qué hago yo a esas horas perdido por el monte y más desorientado que Jesulín en la Real Academia de la Lengua. La magia de las noches estrelladas... digo yo.

Como curiosidad, os dejo transcrita la letra de Reo porque, como os comentaba, es imposible encontrar algo por internet de la banda:

LA VÍSPERA DE LA GUERRA

Juan CaballeroMiradas que ocultan un plan infernal
más allá del reino del sol.
Alianza de mundos que acabarán
con un fiero animal: la humanidad.

Anoche tú viste una estrella fugaz
y un deseo cubrió tu piel.
Tal vez no era estrella, era un disfraz.
Mensajero de luz universal.

Jamás sospechó de un ataque exterior, era el rey de la creación.
Leyenda que el tiempo bautizará
como la destrucción del planeta azul.

Tú crees que es la historia de una ficción,
la locura de un charlatán.
Apoya en la almohada tu incredulidad
y en la noche vendrá el... sueño final.

PD: Imaginaos la melodía tal y como Justin Hayward nos la regala en la versión original, sin tener que repetir dieciocho veces la misma frase.


Archivo de Hangar 18

[ portada ] [ reseñas ] [ opinión ] [ artículos ] [ editorial ] [ nosotros ]