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Rafael Marín Series de televisión
La Bola de Cristal
Rafael Marín


 


Kim Possible

Título original: Kim Possible
Creada por Mark McCorkle y Bob Schooley
Primera emisión: 2002
Emitida en Disney Channel y otras cadenas

Series como Las supernenas, El laboratorio de Dexter, Marca M para llamar al mono o Dave el bárbaro nos habían hecho ver que el mundo del dibujo animado no sólo guarda estrecha relación con el mundo del dibujo no-animado (es decir, la historieta), sino que los guionistas y dibujantes que ahora hacen buena y grande televisión para todo tipo de públicos tienen un enorme background cultural que bebe lo suyo de los cómics, y que juega con los parámetros de los tebeos, a veces para darles una vuelta de tuerca, a veces para hacerles su particular homenaje desde otro medio, a veces para saquearlo con descaro y quedar como reyes. Hemos visto en los dibujos animados parodias-homenaje a Galactus (con gorro de cocinero), a Silver Surfer (convertido en una cuchara), y hasta la famosísima historia de Superman guionizada por Alan Moore (El hombre que lo tenía todo), antes de ser adaptada a un episodio de la JLA animada, sirvió para un magnífico episodio del bárbaro Dave.

Kim Possible entra en esa categoría de dibujo animado exquisito, de culto, donde los referentes a la cultura pop son un soplo de aire fresco en un panorama a veces demasiado constreñido por el deseo de ser molón-pero-políticamente-correcto. Funciona a diferentes niveles, y sin embargo esos niveles no se torpedean entre sí: los matices están ahí, pero no afectan al disfrute global de quien no los capte necesariamente todos.

Así, jugamos al dibu de aventuras. Y al revival pop. Y a la parodia del género de agentes secretos. Y a invertir los roles tradicionales chico-chica. Y a poner en solfa el sistema, si se puede (que se puede muchas veces). Y a hacer superhéroes con sorna. La influencia de un Jack Kirby tamizado por la "modernización" de su estilo que fuera la característica de Mike Mignola puede rastrearse fácilmente sobre todo en los villanos de la serie y en sus hordas de sicarios.

En el fondo de Kim Possible está también Buffy Cazavampiros, tanto en la doble personalidad de la protagonista (estudiante y animadora de día, agente secreto cuando se tercia, que suele ser un montón de veces por episodio), como en su grupo de personajes secundarios, que remiten también a la serie de Whedon: Ron Imparable (en inglés, curiosamente, Ron Stoppable) como contrapartida de Xander, Wade como Willow y sus ordenadores, Bonnie Rockwaller como la primera y más molesta Cordelia, Shego como Faith. No es extraño que la serie de dibujos animados de Buffy que se proyectó y no llegó a realizarse nunca tuviera unos diseños muy parecidos a los de Kim Possible.

La serie resulta divertida en su acción a raudales, en la interacción de sus personajes principales, en los guiños a la cultura de masas. Los diseños de producción son excelentes, y el movimiento de personajes, sobre todo en las escenas de peleas, saltos y enfrentamientos, dignos de estudio. Frente a la galería de personajes positivos, donde no faltan unos hermanos gemelos algo incordiantes, una madre cirujana muy serena pero un tanto en la inopia y un padre científico despistado que remite a Reed Richards, la serie gana nuestro corazón al presentar a los villanos, verdaderos ladrones de la función cada vez que aparecen: Shego y su look a lo Madame Hydra, indolente y despiadada al mismo tiempo; el inútil Dr. Draken, marcado por una cicatriz como el Doctor Muerte y yo diría que con su misma mala pata; el aburrido Señor Senior y su hijo cuasi-gay Senior Senior Jr.; el loco escocés Duff Killigan y su pasión por el golf; el no menos majara Puños de Mono o la exquisita cambiaformas Camilla Leon. Sin olvidar, claro, a los comparsas de los malos, ese puñado de mercenarios con mala pata que a veces tienen por igual momentos hilarantes que tiernos.  

Kim Possible juega con la ciencia-ficción y las paradojas temporales, con los gadgets y las salvaciones in extremis, todo en una América no necesariamente idealizada donde los héroes o los directores de instituto se ganan por igual un sobresueldo trabajando en un restaurante mexicano. Interrumpida después de tres magníficas temporadas por la productora Disney, la presión de los fans ha obligado a realizar una cuarta temporada, aún más exquisitamente dibujada y cañera que las anteriores, donde vemos que la relación entre Kim y Ron ha avanzado y ahora están saliendo.

Mención especial a la música de la serie y a su leitmotiv "llama-silba si me necesitas". Me imagino que, además de un sonido para móvil ideal, algo tendrá que ver el hecho de que Kim se de cierto aire a Lauren Bacall adolescente.


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