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Rafael MarínDVD
Visiones Digitales
Rafael Marín


Josh Whedon
Buffy The Vampire Slayer

Buffy The Vampire Slayer

Créditos

Buffy The Vampire Slayer
Season Three DVD Collection

Creada por Josh Whedon
Sonido Dolby Surround 2.0
Acceso directo a escenas
Idiomas: Inglés
Subtítulos: inglés codificado para sordos
Seis discos, 22 episodios.
Características especiales: Comentarios de escritores y directores, biografías del reparto, guiones de rodaje, galería de fotos. Documentales: "Season 3 overview", "Buffy speak", "Special Effects", "Wardrobe" y "Weapons"

La serie

Buffy Summers es una adolescente californiana, atractiva y superficial a lo justito en una tierra de ocio, sol, palomitas y perritos calientes, interesada en los chicos, las minifaldas y las botas altas, y como cualquiera aburrida de la escuela. Pero Buffy es, además, "la Elegida" o "la Cazadora" ("The Slayer" en V.O.), es decir, que tiene la misión ineludible (y que no le hace ni pizca de gracia) de enfrentarse cada noche a los vampiros que campan por sus respetos por el mundo y, más concretamente, por el pueblecito aparentemente sano y rancio de Sunnydale.

Porque Sunnydale es, además de un infierno de aburrimiento, literalmente la Boca del Infierno, una especie de puente interdimensional entre mundos donde se ven atraídos todo tipo de seres de ultratumba: los mencionados vampiros, más zombies, demonios en su amplia gama racial, sacerdotes, acólitos, dioses preternaturales, hombres-lobo y demás parafernalia terrorífico-hollywoodiana.

En su labor de caza y captura Buffy (Sarah Michelle Gellar) es dirigida y controlada a duras penas por su vigilante, observador, mentor o lo que sea, el torpón bibliotecario británico Giles (Anthony Steward Head) con su pasado oscuro a las espaldas, y los freakies del instituto: el payasete de buen corazón Xander (Nicholas Brendon), la insegura as de la informática y futura bruja Willow (Alyson Hannigan), la guapa-tonta de la clase (Charisma Carpenter), y el hombre-lobo Oz (Seth Green). Juntos, con la ayuda ocasional del vampiro arrepentido y enamorado de Buffy, Angel (David Boreanaz) forman una pandilla sui generis dedicada a aburrirse durante el día y a exterminar monstruos durante las noches entre golpes de kung fu, chistes intertextuales, ropita a la moda y angustia adolescente.

Buffy The Vampire Slayer

Y el producto funciona a la perfección, alternando momentos de puro humor despendolado con interesantes situaciones melodramáticas y de acción. No es de extrañar que Buffy se haya convertido en una serie de culto (incluso en nuestro país), y que en Estados Unidos haya producido un moderado merchandising, se mantenga a flote ya por siete temporadas e incluso de ella se haya desgajado una segunda serie paralela, Angel, dedicada a contar las andanzas del inmortal vampiro reconvertido en superhéroe de la noche.

Porque eso es, ni más ni menos, Buffy: una historia de superhéroes y vampiros con multitud de referentes a los cómics (de Spider-Man más concretamente, a los que parafrasea claramente en su narración de adolescente que se interna en el difícil camino de la vida). Hecha con amor y con humor, a poco que se sigan un par de episodios, se lo aseguro, uno acaba enganchado a la aventura y entra perfectamente al trapo de sus múltiples absurdos perfectamente equilibrados.

Esta tercera temporada arranca allá donde terminó la anterior: con Buffy convertida en fugitiva tras los acontecimientos del final de la temporada anterior, donde en un mismo día fue expulsada de su casa por su madre después de revelarle qué hace exactamente por las noches, y del colegio por el repulsivo director del centro (en subplot que se acentúa en esta temporada), y donde además tuvo que ejecutar a Angel, que había revertido a su yo perverso y vampírico de Angelus, justo en el momento en que volvía a ser un vampiro con alma y buenazo insoportable.

Los 22 episodios no dan tregua, y van construyendo apasionadamente la acostumbrada conclusión en traca final de cada temporada. Si la primera temporada, más breve, enfrentaba a Buffy con el Maestro, el vampiro tipo Nosferatu que habitaba las catacumbas de la ciudad y de las que no podía salir gracias al oportuno hechizo lovecraftiano; y la segunda lo enfrentaba ni más ni menos que a Angel, quien al vivir con ella un solo instante de felicidad (sí, eso que están ustedes pensando) recuperó su sadismo vampírico y perdió su alma en el intercambio (todo ello por causa de una antigua maldición zíngara), en esta tercera temporada Buffy se enfrenta a una nueva Cazadora que viene en teoría a sustituirla, Faith, y que acaba siendo seducida por el reverso tenebroso de su poder nada menos que por el no demasiado democrático alcalde de Sunnydale. La traca final, como siempre en dos partes, se llama adecuadamente Graduation, y deja claro que ni Buffy ni sus amigos podrán nunca volver al instituto. A destacar el magnífico episodio "The Zeppo", donde la trama muy inteligentemente se centra en el secundario Xander (que se autocompara con el hermano sobrante de los famosos Marx) y sin el cual (aunque no se entera nadie) los otros héroes no habrían podido, una vez más, salvar el mundo.

La edición

Lo que más llama la atención de la edición de Buffy en DVD (y ya habrán advertido ustedes que se trata de una edición inglesa, porque aquí no quieren enterarse y parece que no piensan editarla), es lo original y lujoso del diseño de su presentación: una especie de libro de magia donde vienen incluidos los seis discos (a razón de cuatro episodios generalmente por cada uno, aunque un par de ellos traen tres).

Buffy The Vampire Slayer

También destaca la calidad de la imagen, algo que sirve para revalidar la superioridad del soporte DVD incluso tratándose de una serie que hemos visto en España por canales digitales (en abierto y durante periodos vacacionales en Canal Plus y en codificado y con repetitivo bucle de las dos primeras temporadas en Fox). Lamentablemente, la serie no está subtitulada más que en inglés para sordos, con lo cual es preciso entender un poquito del idioma de Giles para captarla, sobre todo en sus jugosísimos matices (de ahí que uno de los documentales se llame "Buffy Speak"). Escuchar las voces originales y, sobre todo, leer los subtítulos originales ayuda a comprender lo fresca e innovadora que es esta serie... y lo poco aficionados o poco freakies que son los encargados de traducirla al español, puesto que de cada cinco o seis chistes o referentes intertextuales apenas se traduce uno. Algunos, en efecto, son referentes que a nosotros pueden decirnos bien poco, pero otros son jugosos juegos icónicos que bien pueden provocar la sonrisa a alguien que haya estado viviendo en Laponia los últimos cinco años: el grupo de cazavampiros de Buffy, por ejemplo, se llama en español "la pandilla", cuando en inglés tiene el significativo y jocoso nombre de "The Scooby Gang".

En Inglaterra, donde Buffy es todo un éxito, se publica en unas semanas la quinta temporada en DVD, aunque la sexta ya está en video hace tiempo. En España parece que no hay planes de arriesgarse, porque todo lo que no sean abogaditas lloronas o capitanes calvos shakespearianos no entra en la cabeza de nadie. Eso sí, se ha editado la muy menor película de cine (de la que reniega el creador Josh Whedon), así que lo mismo suena la flauta por casualidad y algún día se atreven: algunos grupos de fans están recogiendo firmas para ello.

Y es que el DVD es el formato ideal, precisamente, para las series televisivas. Yo, si fuera editor, propondría unas cuantas, esas mismas que están ustedes pensando: la Star Trek clásica, Quantum Leap, Babylon 5, El enano rojo, Buffy...


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