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Alfonso Merelo Series de televisión
La Bola de Cristal
Alfonso Merelo




Seaquest DSV

Título Original: Seaquest DSV
Productor ejecutivo: Steven Spielberg, David J. Burke
Música: John Debney
3 temporadas emitidas completas en España por TVE.
Intérpretes: Roy Scheider (Capitán Nathan Bridger), Don Franklin (Comandante Jonathan Ford), Royce D. Applegate (Manilow Crocker), John D'Aquino (Benjamin Krieg), Stephanie Beacham (Kristin Westphalen), Stacey Haiduk (Katherine Hitchcock), Ted Raimi (Tim O'Neil), Marco Sanchez (Miguel Ortiz), Jonathan Brandis (Lucas Wolenczak), Edward Kerr (James Brody), Kathy Evison (Lonnie Henderson), Michael DeLuise (Tony Piccolo), Peter DeLuise (Dagwood), Michael Ironside (Capitán Oliver Hudson), Elise Neal (J.J. Fredericks)

En el abigarrado mundo de la ciencia-ficción seriada el mundo submarino nos ha proporcionado unas pocas series. La más antigua de ellas es la recordada, para los que ya peinan algunas canas, Viaje al fondo del mar, producida en 1962 por Irwin Allen y que TVE emitió allá por mediados de los años 60. Los productores Sylvia y Gerry Anderson realizaron en 1964 Stingray, con las andanzas de este peculiar submarino tripulado por marionetas, que los chiquillos que éramos pudimos disfrutar en blanco y negro.

Hasta los 90 no hay prácticamente ninguna serie que trate, fundamentalmente, del mundo submarino y Steven Spielberg se lanza a la televisión impulsando como productor ejecutivo Seaquest DSV (acrónimo de Deep Submergence Vehicle, o sea, vehículo de inmersión profunda).

Esta serie parte una idea de Rockne S. O'Bannon, un guionista habituado al fantástico y la ciencia-ficción. Suyos son guiones para las series Alien Nation, Amazing Stories (tambien producida por Spielberg) y para The Twilight Zone. Más recientemente, es el alma mater de la serie actualmente en emisión Farscape (que ya será comentada).

Seaquest DSV

La concepción de la serie no resulta muy original. Aunque las comparaciones son siempre odiosas, es más que evidente que Seaquest se nutre fundamentalmente de las misma premisas que la antigua serie Viaje al fondo del mar. Las coincidencias son más que notables: un submarino experimental (Seaquest-Seawiew), un inventor adelantado a su época (Nathan Bridger-Almirante Nelson), una tripulación metida siempre en problemas, y algunos guiones sospechosamente parecidos a los del Seawiew.

Pero, dejando aparte estos parecidos, podríamos decir que Seaquest era una serie agradable de ver. Algunos de sus actores fijos tienen un bagaje notable en cuanto a numero de películas, como pueden ser Roy Scheider (recordemos All That Jazz, Tiburón o 2010, odisea dos), Michael Ironside (Scanners, V, o Desafío total). A estos actores habría que añadir actores invitados que, sobre todo en la primera temporada, se dejaron caer por la serie. Famosos como William Shatner en el papel de un genocida balcánico, Charlton Heston interpretando a una científico o Mark Hamill como un extraterrestre.

El universo de Seaquest se desarrolla en el segundo decenio del siglo XXI. La superpoblación, la escasez de recursos y la contaminación han producido la necesidad de usar los océanos y mares como reservas de alimentos, mineras y de hábitat. Una organización supranacional, la UEO (una especie de ONU marítima), se encarga de la seguridad y resolución de conflictos entre los países firmantes del tratado de la unión. Como arma de disuasión está el Seaquest, el submarino experimental más poderoso del mundo. En esta nave se combina una tripulación militar y científica, y por tanto cumple una función doble, de investigación y defensa.

Las tres temporadas emitidas dejan un bagaje dispar en cuanto a su calidad. Mientras que la primera y la tercera temporadas mantienen el tipo, la segunda es claramente prescindible.

Seaquest DSV

La primera temporada contempla muchos de los temas clásicos de la ciencia-ficción como pueden ser los extraterrestres, las civilizaciones perdidas, los científicos locos o los viajes espaciales. Pero también la serie se implica en ciertos temas sociales. Los guionistas intentaron dar un poco de trascendencia a alguno de los capítulos, desechando las típicas batallitas, aunque la hay, y haciendo hincapié en temas más profundos. En esta primera temporada pudimos contemplar cómo los tripulantes de la nave se enfrentaban a genocidas balcánicos, o al problema de los refugiados, que en lugar de pateras usan esta vez submarinos para huir de regímenes dictatoriales.

Otro componente acusado que se encuentra en los guiones es el ecologismo. En la serie se nos sermonea sobre los problemas que se están ya produciendo en el entorno del planeta. Estos problemas son resueltos a medias por los hombress del Seaquest. Al menos es de agradecer que la serie no mantenga una fe ciega en la tecnología que puede salvarnos. El Seaquest sólo soluciona problemas puntuales, pero pese a todo su poder tecnológico avanzado es incapaz de solucionar los males del mundo.

Sobre la segunda temporada lo mejor es correr un tupido velo. Sin embargo, el primer episodio doble, titulado Dagas, nos proporciona un buen argumento sobre los seres artificiales y en definitiva sobre la esclavitud. Los Dagas son unos seres creados en laboratorio con la misión de convertirse en guerreros totales. El miedo de las autoridades al experimento hace que se les recluya en una isla. No gozan de derechos y sólo esperan la decisión de las autoridades sobre su destino -situación que recuerda demasiado a los presos de Guantánamo, salvo que ellos no son superguerreros-. Obviamente se rebelarán y el Seaquest deberá afrontar esa rebelión.

Seaquest DSV

La tercera temporada se enlaza con el final de la segunda. En el último capítulo de la segunda temporada el Seaquest es abducido por una nave extraterrestre y trasladado al planeta Hyperion. ¿Por qué, cómo, cuándo, qué pasa en ese episodio? No lo puedo contar porque resulta incomprensible, pero para enlazar con la tercera temporada, el Seaquest vuelve a la Tierra 10 años después de su desaparición. Por causa de la relatividad su tripulantes no han envejecido. Las cosas van peor en el mundo y una multinacional es el gobierno mundial en la sobra: Industrias Deon, que monopoliza casi todas las actividades económicas. La serie, rebautizada Seaquest 2032, mejora en algunos aspectos, y se centra en esta última temporada en la lucha entre el poder de Deon y el de Macronesia, un país dictatorial que intenta conquistar el mundo. El Seaquest, con un nuevo capitán al frente, servirá de fuerza de interposición.

Pero la serie no cuajó en el espectador norteamericano. Tal vez el problema se debiera a la extraña mezcolanza de personajes destinados a agradar a todos los públicos. De manera inequívoca se incluyó un personaje adolescente como era Lucas Wolenczak, a imitación clara del insufrible héroe de Star Trek la Nueva Generación Wesley Crusher. Lucas era un sabio adolescente, de todo sabía y de todo entendía. Era capaz de arreglar una cafetera o el sistema de impulsión del Seaquest. Esta falta de credibilidad sumada a los problemas típicos de la adolescencia, o sea, el sexo, lo convertían en un niño repelente. Como también era repelente un delfín parlante, mascota de la nave y de nombre Darwin. Realmente era un Flipper del futuro que mediante técnicas informáticas era capaz de mantener alguna conversación.

Obviamente, la serie también se hundió debido a la ya comentada nefasta segunda temporada. En esta temporada se dieron espantosos guiones que llegaron a incluir dioses del Olimpo o extraterrestres de todas clases. El intento de remonte en la tercera temporada, incluso con cambio de nombre, no surtió efecto y la serie fue cancelada llegando a quedar inéditos dos episodios rodados y nunca emitidos.

Seaquest DSV

Técnicamente, la serie estaba bastante lograda, y los efectos especiales eran los que se le podrían exigir a una serie moderna. En cuanto a los decorados, ofrecían suficientes atractivos e idea de la grandiosidad de la nave, con cierta tendencia a la lucecita parpadeante de los paneles de control. El diseño del submarino recordaba a un enorme calamar del que surgían pequeñas lanzaderas, o minisubmarinos, similares a cazas en Seaquest 2032.

La banda sonora no es excesivamente destacable, salvo la sintonía de presentación, que contiene una pegadiza melodía consistente en las típicas fanfarrias muy al estilo de Williams.

Eso fue Seaquest, una serie que pasó más o menos desapercibida para los espectadores, sobre todo para los españoles.

En la próxima entrega: Smallville.


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