Series de televisión
La Bola de Cristal
Alfonso Merelo
Embrujadas
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Título original: Charmed
Tres eran tres, y las tres eran brujas Hoy traemos a estas líneas un tema que ha sido muy atractivo y ampliamente utilizado dentro del género fantástico: la brujería. Las actividades necrománticas, la magia y todos sus derivados, han gozado, asimismo, de un espacio destacado dentro de la bola de cristal. En los lejanos años 60 disfrutamos de Embrujada (Bewitched 1965), donde la protagonista era Samantha Stevens, una bruja moderna casada con un mortal, el pobre Darrin, que efectuaba sus hechizos moviendo adorablemente la naricilla. También pudimos ver Mi bella genio (I dream of Jennie, 1965), una genio, con botella incluida, enamorada de un astronauta, Larry Hagman (el J.R. de Dallas). Y por mencionar alguna serie actual, nos encontramos con Cosas de brujas (Sabrina The Teenage Witch), que narra las aventuras de una bruja adolescente y sus follones en el instituto. El cine también ha dado excelentes filmes relacionados con esta temática. Se pueden citar Me casé con una bruja (René Clair,1942), y por supuesto Me enamoré de una bruja (Richard Quine,1958), imprescindible aunque sea sólo por la presencia de Kim Novak. Más recientemente la pantalla grande nos ha obsequiado con Harry Potter, en sus dos películas, de momento. Un mago o brujo, estas cosas siempre vienen parejas, aprendiz de sortilegios y hechicerías en una escuela elitista.
Embrujadas retoma, reinventa mas bien, el tema de la magia y la hechicería, esta vez protagonizado por tres hermanas de nombre Prue, Piper y Phoebe Halliwell. Estas hermanas, brujas ellas, poseen unos poderes individuales que parecen tomados directamente de los tebeos de superhéroes. Mas que brujas, se diría que son mutantes pertenecientes a la Patrulla X. Una de ellas es capaz de mover objetos con la mente (telekinesis), otra tiene la habilidad de congelar situaciones y seres vivos, eliminando todo movimiento, excepto el de las tres hermanas, durante un corto periodo de tiempo. Por último, la tercera, tiene facultades premonitorias (metempsikesis), al tocar objetos o personas. Las tres, cuando actúan juntas, son Las embrujadas, invencibles, o casi, respecto a las otras brujas y a los seres demoníacos. Esta unión, llamado el poder de tres, hace que puedan desarrollar hechizos y conjuros que irresistibles contra las fuerzas del mal. Como en toda mitología que se precie, los poderes tienen un límite y, éste consiste en que nunca deben ser usados en beneficio propio, porque pueden volverse en contra de sus usuarios. A este respecto, hay un capítulo, perteneciente a la cuarta temporada, donde una de las hermanas verá aumentado el volumen de sus glándulas mamarias como consecuencia indeseable de un embrujo mal realizado en su favor. El tratamiento de las brujas en esta serie es similar a los esquemas empleados en Embrujada, o sea: chica normal y corriente que puedes encontrar en el supermercado o en la esquina de tu calle. Las tres actrices, Shannen Doherty, Alyssa Milano y Holly Marie Combs, dado su físico, se alejan del estereotipo de bruja Piti (nombre que se da en Cádiz a un ninot que se quema el domingo de Carnaval y simboliza la Cuaresma), de nariz verrugosa, uñas largas, gorro de cucurucho y escoba voladora. Son brujas de aspecto moderno y de fondo de armario a la última moda. Armario que incluye unas rebequitas cubre-escotes, por aquello del recato. (Esto último se lo tomo prestado a Natalia Cervera de la Torre, que ha desarrollado una bonita teoría acerca de la ropa y de los personajes de las Embrujadas).
La mitología creada para la serie usa toda la parafernalia de personajes diabólicos, mágicos y religiosos que la humanidad ha ido creando y desarrollando durante su historia. Los enemigos de las brujas, curiosamente y en contraste con lo habitual, son los demonios. Éstos pertenecen al conocido submundo infernal, e intentarán por todos lo medios imponer el mal en el mundo, como no podría ser de otra manera con la profesión que han elegido. Las Embrujadas tendrán como misión fundamental pararlos, y para ello no tendrán ningún reparo en destruirlos. El mundo demoníaco es, evidentemente, una trascripción modificada del infierno, en el que en lugar de Satanás tenemos un personaje denominado La Fuente, se supone que fuente de todos los males, que es el rey o amo de los demonios. El maniqueísmo exige que, si aparecen demonios, no pueden por menos que hacer acto de presencia los ángeles, contrapunto eficaz de aquéllos. En este caso son denominados luces blancas, y viven en un supramundo, que si no es el cielo se le parece mucho. Cada bruja parece ser que dispone de una luz blanca que le sirve de guía, para encarrilarlas hacia el bien. Como argumento arco, que se desarrollará en muchos de los episodios a partir de la segunda temporada, nos encontraremos con las relaciones amorosas entre Phoebe y Cole, y por otra parte entre Piper y Leo. Estas relaciones amorosas darán mucho juego de guión sobre todo la primera, porque Cole es la versión humana del demonio Belthazor y, claro, se debatirá entre su lado oscuro demoníaco y su amor hacia Phoebe. Estas relaciones, que bordean el mal, son de las más agradecidas para un guionista, ya que se pueden estirar los argumentos, observando la caída de los personajes al lado oscuro y su posterior remontada hacia la luz. George Lucas ha demostrado su maestría en extender estos argumentos ad infinitum. La relación Piper-Leo es mas sencillita ya que Leo es bueno, es una luz blanca, y ella también es buena y honrada, lo que supone un menor atractivo argumental, puesto que son demasiado blanditos. Donde este un buen malo que se quite el mejor de los buenos. La tercera hermana en discordia es Prue, la mayor de las tres, y, tal vez, la más anclada a la realidad. Su vida amorosa será un ir y venir por varias parejas, con una amistad más que íntima con un policía, que les ayudará a ella y a sus hermanas a tapar los efectos de sus acciones destruyendo enemigos. Siempre conviene tener un policía aliado por si acaso, aunque desgraciadamente éste morirá al final de la primera temporada, a consecuencia precisamente de su implicación en los sucesos mágicos.  La serie sufrió un profundo revulsivo en la cuarta temporada. El episodio final de la tercera temporada lleva a la muerte a Prue. Shannen Doherty no quiso continuar en la serie o la expulsaron de ella (habría que recordar sus follones cuando protagonizaba Sensación de Vivir). Puesto que la premisa de la serie consistía en que el poder de tres hacía invencible a las Embrujadas, en un rizo de guión, se sacaron de la manga a una cuarta hermana, mas bien o hermanastra, que nació fruto de la relación entre la madre de las Embrujadas y su luz blanca. Page, la cuarta hermana, reconstruye el poder de tres y vuelven a ser las poderosas Embrujadas. Los poderes de Page son parecidos a las de una luz blanca, puede orbitar, que es teleportarse pero en angélico, orbitar objetos, como la telekinesis pero haciéndolos desaparecer y reaparecer, y también es capaz de sanar a sus semejantes. Este poder de orbitar se diría que ha sido copiado de los trasportadores de Star Trek, porque el efecto luminoso y de sonido es muy parecido al de esa serie. Los demonios también se teleportan, pero el efecto no es tan bonito. Más bien se diluyen temblando y desaparecen. Esta teleportación constituye un fantástico elemento para viajar, ya que se pueden trasladar a cualquier lugar del mundo, incluyendo el cielo y el infierno. Una vez reconstituido el poder de tres, las hermanas volverán a sus enfrentamientos con los demonios. En esta cuarta temporada contemplaremos la caída de Phoebe hacia el lado oscuro al casarse con Cole, que se volverá más demoníaco que nunca, matando a la Fuente y ocupando su lugar. Una ayuda fundamental para las Embrujadas es el denominado Libro de las Sombras. Un grimorio heredado por la familia Halliwell que contiene todos los hechizos disponibles para acabar con cualquier tipo de demonio o para hacerse un pollo al chilindrón, si llega el caso. Es una enciclopedia en la que, por arte de magia (claro), cuando se necesita algún embrujo, lo proporciona pasando sus hojas y deteniéndose la página que, precisamente, mejor se adapte a la situación. Vamos, un manual de consulta rápida de pociones y encantamientos y, además, automático. La serie es agradable de ver, ya que la pretensión de entretener se cumple bastante eficazmente. Se disfruta viendo los efectos especiales de desapariciones, rayos de luz, movimientos de objetos, et cétera. Sin embargo, también tiene sus extravagancias, como el hecho de incorporar las artes marciales en las escenas de acción. Una de las hermanas, Phoebe, aprenderá a dar patadas y volteretas al más puro estilo de Hong Kong, para enfrentarse cuerpo a cuerpo con los demonios, que también dominan las artes de Shaolin. Hoy es muy común que los piñazos y las patadas de kung fu sean uno de los atractivos de casi todas las series, algunas de las cuales serán comentadas aquí. Se ha cambiado la pelea de saloon del oeste, a puñetazo limpio y con destrozo de muebles variados, por la manera de luchar procedente de oriente, que puede ser más vistosa por lo de las posturitas, pero que no parece más efectiva. Donde esté un buen silletazo o una Magnum 45, que se quite un yoko geri. En este caso se puede tratar de compensar su poder, bastante inútil para matar demonios, que es una suerte de adivinación de la Bruja Lola pero con trance añadido. Los actores que dan vida a los diversos personajes son actores de televisión que han participado en otras series para el medio. Las interpretaciones son las que se pueden esperar en una serie tan larga como ésta: simplemente cumplen. Éste ha sido el resumen de lo que se ha podido ver durante las cuatro temporadas emitidas en España por Telecinco. Para esta cadena ha sido una serie comodín. Se ha reemitido una y otra vez, en las tardes de los veranos o los domingos, sin que haya tenido una ubicación definitiva. Es de suponer que la serie ha gustado al público español, ya que la cadena la ha repuesto un mínimo de tres veces. En la próxima entrega: Andrómeda.  Archivo de La Bola de Cristal |
